miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Quiénes votaron los nuevos impuestos?

La Cámara de Senadores aprobó en lo general, con 73 votos a favor y 50 en contra, la miscelánea fiscal integrada por las leyes del  Impuesto al Valor Agregado, del Impuesto sobre la Renta, del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios y Federal de Derechos.
 
Los dictámenes fueron avalados por las bancadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido Nueva Alianza y 11 votos del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
 
Entre los nuevos impuestos aprobados, en lo general, están:
 
- 16 por ciento de IVA al consumo de chicles, a la compra-venta de mascotas y sus alimentos.
 
-16 por ciento de IVA a importaciones temporales de la industria maquiladora y servicios de exportación, así como a la transportación terrestre excepto en el caso del transporte público en áreas urbanas.
 
- Aplicación progresiva del Impuesto Sobre la Renta a personas físicas con mayores ingresos, desde una tasa de 30 por ciento  hasta 35 por ciento.
 
- Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) de 5 por ciento a los alimentos de alto contenido calórico: botanas, confitería, chocolates, flanes y pudines, dulces de frutas, alimentos preparados a base de cereales, helados, nieves y paletas de hielo. Un peso se cobrará por cada litro de bebidas saborizadas y refrescos.
 
- Deslizamiento mensual de 9 centavos en el costo de la gasolina Magna y 11 centavos en la Premium y el diesel.
 
Pero ¿quiénes votaron a favor de los nuevos impuestos?
 
PRI: 54
PRD: 11
PVEM: 7
Nueva Alianza: 1
 
VOTOS A FAVOR
 
PRD:  11
 
Luis Miguel Gerónimo Barbosa Huerta: Lista Nacional
 
María Alejandra Barrales Magdaleno: Distrito Federal
 
Angélica De la Peña Gómez: Lista Nacional
 
Fidel Demédicis Hidalgo: Morelos
 
Isidro Pedraza Chávez: Hidalgo
 
Sofío Ramírez Hernández: Guerrero
 
Armando Ríos Piter: Guerrero
 
Ángel Benjamín Robles Montoya: Oaxaca
 
Zoé Robledo Aburto: Chiapas
 
Adolfo Romero Lainas: Oaxaca
 
Luis Sánchez Jiménez: Lista Nacional
 
PRI: 54
 
Roberto Armando Albores Gleason: Chiapas
 
Blanca María del Socorro Alcalá Ruiz: Puebla
 
Ivonne Liliana Álvarez García: Nuevo León
 
Daniel Amador Gaxiola: Sinaloa
 
Angélica del Rosario Araujo Lara: Yucatán
 
Joel Ayala Almeida: Lista Nacional
 
Ricardo Barroso Agramont: Baja California Sur
 
Enrique Burgos García: Querétaro
 
Jesús Casillas Romero: Jalisco
 
Manuel Cavazos Lerma: Tamaulipas
 
Raúl Cervantes Andrade: Lista Nacional
 
Miguel Ángel Chico Herrera: Guanajuato
 
Manuel Humberto Cota Jiménez: Nayarit
 
María Cristina Díaz Salazar: Lista Nacional
 
Omar Fayad Meneses: Hidalgo
 
Braulio Manuel Fernández Aguirre: Coahuila
 
Hilda Esthela Flores Escalera: Lista Nacional
 
Margarita Flores Sánchez: Nayarit
 
Norma Alicia Galindo Matías: Colima
 
Emilio Gamboa Patrón: Lista Nacional
 
Ernesto Gándara Camou: Sonora
 
Diva Hadamira Gastélum Bajo: Lista Nacional
 
Arely Gómez González: Lista Nacional
 
Félix Arturo González Canto: Quintana Roo
 
Isaías González Cuevas: Baja California Sur
 
Marcela Guerra Castillo: Nuevo León
 
Ismael Hernández Deras: Durango
 
Lisbeth Hernández Lecona: Morelos
 
Juana Leticia Herrera Ale: Durango
 
Ana Lilia Herrera Anzaldo: México
 
Aarón Irízar López: Sinaloa
 
René Juárez Cisneros: Guerrero
 
María Verónica Martínez Espinoza: Jalisco
 
Patricio Martínez García: Chihuahua
 
Humberto Domingo Mayans Canabal: Tabasco
 
Lilia Guadalupe Merodio Reza: Chihuahua
 
Armando Neyra Chávez: Lista Nacional
 
José Ascención Orihuela Bárcenas: Michoacán
 
Graciela Ortiz González: Lista Nacional
 
Claudia Artemiza Pavlovich Arellano: Sonora
 
David Penchyna Grub: Hidalgo
 
Eviel Pérez Magaña: Oaxaca
 
Ma. del Rocío Pineda Gochi: Michoacán
 
Raúl Aarón Pozos Lanz: Campeche
 
Mely Romero Celis: Colima
 
Carlos Romero Deschamps: Lista Nacional
 
Miguel Romo Medina: Aguascalientes
 
Óscar Román Rosas González: Campeche
 
María Lucero Saldaña Pérez: Puebla
 
Gerardo Sánchez García: Lista Nacional
 
Alejandro Tello Cristerna: Zacatecas
 
Teófilo Torres Corzo: San Luis Potosí
 
Héctor Yunes Landa: Veracruz
 
José Francisco Yunes Zorrilla: Veracruz
 
PVEM 7
 
María Elena Barrera Tapia: México
 
Pablo Escudero Morales: Distrito Federal
 
Juan Gerardo Flores Ramírez: Lista Nacional
 
Jorge Emilio González Martínez: Quintana Roo
 
Luis Armando Melgar Bravo: Chiapas
 
Carlos Alberto Puente Salas: Zacatecas
 
Ninfa Salinas Sada: Lista Nacional
 
Partido Nueva Alianza 1
 
Mónica Tzasna Arriola Gordillo: Lista Nacional

jueves, 24 de octubre de 2013

El capo que se robó a una reina

¿Cuál es la historia detrás de una tragedia que comenzó hace 23 años?

Por Juan Velediez

Rocío del Carmen Lizárraga tenía 17 años en febrero de 1990, cuando fue coronada reina del carnaval de Mazatlán. Aquella había sido una competición muy cerrada, la noche de la votación se impuso por un margen estrecho a Libia Zulema Farriols, una chica que se ganó a la audiencia con su sonrisa y porte, lo que se tradujo en ser nombrada reina de los Juegos Florales, una distinción que se le da por lo regular a la mujer que queda en segundo lugar.

El reinado del carnaval de Mazatlán es cosa seria. Durante un año, la soberana tiene varias actividades y obligaciones que el protocolo impone, una vez transcurrido este lapso, se le sigue guardando veneración y respeto como monarca que fue. Quizá por eso en aquellos días la sociedad sinaloense no se explicaba cómo pudo ocurrir algo que resultó inusitado en la historia del certamen. 
Pasadas las primeras semanas del festejo, Rocío del Carmen cumplió 18 años ya finales del mes de mayo “desapareció” sin que su familia, amigos y los miembros del comité organizador supieran dónde estaba.
El 2 de junio, el diario "Noroeste", en su edición de Mazatlán publicó una nota donde se decía que la familia de la reina estaba desesperada y desconcertada. La madre de la chica estaba segura que su hija había sido “obligada” a irse “con alguien”, pues estaba segura que no fue por voluntad propia. 
Ese fin de semana, el mismo rotativo dio seguimiento al caso, una nota refería que empleados de la disco Frankie’o, uno de los centros nocturnos de moda a finales de los años 80 y principios de los 90 en el puerto, habían sido informados que el dueño del lugar se encontraba en Guadalajara donde se había casado “por el civil y por la iglesia con Rocío del Carmen”.
El dueño del Frankie’o, y quien se había casado con la reina del Carnaval, era Francisco Rafael Arellano Félix, un empresario del ramo de los espectáculos y la hotelería, famoso en esos años por ser amigo del campeón mundial de boxeo Julio César Chávez, uno de los personajes asiduo a las fiestas en la disco. 
Pancho Arellano, como lo conocían en Sinaloa, era el hermano mayor de Benjamín y Ramón Arellano Félix, los dos jóvenes que habían sido comisionados por la cúpula de la organización que encabezaba Miguel Ángel Félix Gallardo, el capo del llamado cartel de Guadalajara, para hacerse cargo del paso de droga por Tijuana. En esa ciudad estaban bajo el mando de su tío Jesús Labra Avilés, personaje cercano a Félix Gallardo y a quien se le atribuyó haberlos iniciado en el negocio.

Pancho era la cara empresarial de la familia Arellano Félix. Desde que era adolescente y vivía con su familia en Culiacán, antes de que se trasladaran a Tijuana se dedicó a vender ropa, perfumes y discos de rock traídos por su padre, quien se dedicaba a comerciar “fayuca” en un pequeño local que tenían en su casa en el centro de la capital sinaloense. La familia al completo se mudó a finales de los años 70 a la frontera. Pancho decidió quedarse y trasladarse a vivir a Mazatlán. Ahí siguió con su labor de “empresario”, mientras sus hermanos se colocaban como operadores clave de la organización de Félix Gallardo.

En aquella nota aparecida el día 3 de junio de 1990 en el periódico "Noroeste", al día siguiente de que se publicara la noticia de la “desaparición” de la reina, los familiares de Roció del Carmen declaraban que era “ilógico” que la joven se hubiera casado. La familia Lizárraga refería que parientes suyos les habían informado que por la radio tapatía se transmitieron unos spots donde anunciaban la boda, la cual se había celebrado con “el consentimiento de los padres”.



La historia tenía otro capítulo. La nota del rotativo consignaba que la reina estaba comprometida en matrimonio con antelación con Óscar Coppel, el heredero de una de las familias más pudientes en el puerto. Miembros de la familia Coppel habían declarado que Rocío del Carmen los había contactado en Guadalajara para pedirles ayuda. Por el temor que infundía el clan Arellano Félix nadie se atrevió a hacer nada.
Desde las semanas previas a la final del certamen para reina del carnaval, Pancho Arellano se prendió de Rocío del Carmen. Tuvo que pedirle a su amigo Julio César Chávez, quien en tono campechano hacía amistad con gente desconocida, que se la presentara. Desde entonces comenzó el cortejo. En una ocasión, aprovechó la fama del boxeador para llevárselo con él y presentarse ambos ante la familia de la chica. Fue la única vez que vieron a Arellano, declararía la madre de la joven.
El escándalo por el rapto de la reina siguió durante varios días en las planas de los periódicos. El 7 de junio, de nuevo el "Noroeste" publicó una entrevista con la mamá de Rocío, quien se refirió a la relación que tenía con el heredero de los Coppel. “Solo Dios es el indicado, el único que pondrá las cosas en su lugar”, decía, “tanto Rocío del Carmen como Óscar son víctimas del destino”. 
 Al paso de los días, el morbo y el cotilleo por el suceso estaba instalado en los medios de comunicación locales. El 15 de junio, la sociedad sinaloense se despertó con “un manifiesto real” publicado en un cuarto de plana en el periódico "Noroeste".
 En el texto, la soberana agradecía las muestras de cariño y la preocupación que habían manifestado por ella. Pedía que no le preguntaran si se ausentó por su voluntad o fue a obligada. En tono ceremonial decía que no quería juzgar ni señalar al hombre que sería el padre de sus hijos, el que le daba su apellido, y del que solo había recibido atenciones. “Acepto con resignación el camino que me ha deparado el destino y si Dios me ha puesto en este camino, debo seguir”, señalaba.
Pancho Arellano se convirtió a partir de entonces en una celebridad en el puerto. Se sabía que en 1980 había sido detenido por la DEAen San Diego, cuando intentó vender cocaína a un personaje que resultó ser agente infiltrado de la agencia. Una vez preso, logró salir bajo fianza y huyó a México. A lo largo de los años 80 creció como “empresario” y a la par que sus hermanos Benjamín y Ramón se posicionaba en Tijuana.
 Dos sucesos marcaron al clan Arellano Félix en el año 1989. El primero fue la captura de Miguel Ángel Félix Gallardo, quien había comisionado a los hermanos a la frontera por donde pasaba la droga que venía de Colima y Jalisco, sitios donde operaba Luis Palma Salazar “el Güero Palma” y su socio, Joaquín “El Chapo” Guzmán”.
La detención del jefe de la organización desató una serie de roces que se incrementaron con un segundo hecho. En ese año, durante un festejo del clan Arellano Félix en el club Britania de Tijuana, se presentó sin previo aviso Armando “Rayo” López, hombre de todas confianzas de "El Chapo" Guzmán, en Tijuana. 
Al “Rayo” López “El Chapo” le tenía un cariño y estima que sólo se explicaba por haber sido su amigo desde pequeños, pues crecieron juntos en la sierra de Badiraguato, Sinaloa. La presencia del “Rayo” en el festejo, sin que estuviera invitado, desató la ira de Ramón Arellano, quien lo asesinó a las afueras del lugar.

Desde entonces, "El Chapo" Guzmán entró en una sangrienta disputa con los Arellano Félix. Con él se aliaron "El Güero" Palma y varios miembros del grupo que había encabezado Félix Gallardo. Hubo un intento frustrado de asesinato en 1992 en la discoteque Chistine, en Puerto Vallarta, donde los Arellano lograron salir con vida.
 En mayo de 1993, tras el enfrentamiento en el aeropuerto de Guadalajara, donde cayó abatido el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, la PGR puso precio a la cabeza de los hermanos Arellano Félix.  En diciembre de ese año, Pancho Arellano, el más público de los hermanos, el empresario sobre el que había sospecha que sus negocios era tapadera para lavado de dinero del tráfico de drogas del cartel de Tijuana, fue detenido y enviado al penal de máxima seguridad de Almoloya. 
Fue en esa década de los 90 cuando la organización Arellano se convirtió en la más importante del tráfico de drogas, junto al cartel de Juárez, que encabezó Amado Carrillo Fuentes. La muerte del “Señor de los Cielos” en 1997, la detención de Benjamín Arellano en 2002 y el asesinato de su hermano Ramón el mismo año, reconfiguró el mapa de las organizaciones de narcotráfico. La fuga del Chapo en enero de 2001, detenido en 1993 en el auge de su guerra contra los Arellano Félix, abrió otro ciclo en la historia del narco en México.
Pancho Arellano recobró su libertad en 2004 y de inmediato fue extraditado a Estados Unidos, donde enfrentó una acusación por tráfico de cocaína. Recobró su libertad por reducción de condena en 2008 y regresó al país. Desde entonces no se sabía nada de él.
Fosa común

La noche del viernes 18 de octubre, Pancho Arellano se encontraba en un festejo familiar en el salón de fiestas Ocean House, en el hotel Marbella, en la zona del corredor turístico que va de Cabo San Lucas a San José del Cabo, en Baja California Sur. Con las primeras sombras nocturnas, un hombre disfrazado de payaso se acercó hasta donde estaba y le disparó en la cabeza en tres ocasiones. Su cuerpo cayó inerte en el piso y el ruido de las detonaciones provocó que varios de los invitados al festejo salieran a toda prisa del lugar.

El lugar había sido rentado para una fiesta infantil por la señora Rocío Lizárraga, publicó la prensa local, y en el sitio había invitados como Omar Chávez, uno de los hijos del boxeador retirado Julio César Chávez, gran amigo de Pancho Arellano.

Era el final del mayor de los hermanos que fundaron el cártel de los Arellano considerado, hasta 2002, como uno de los que marcó la historia del narcotráfico en México por su beligerancia, y por haber estado involucrados en el episodio del aeropuerto de Guadalajara, donde fue asesinado en 1993 un jerarca de la Iglesia católica.

Twitter: @velediaz424

lunes, 14 de octubre de 2013

Mariguana: retos de la legalización / Por Roberto Morris

The soft minded man always fears change. He feels security in the status quo, and he has an almost morbid fear of the new. For him the greatest pain is the pain of a new idea…There is little hope forus until we become tough minded enough to break loose from the shackles of prejudice, half truths and downright ignorance.” - Martin Luther King Jr., Strength to Love
El problema no es la mariguana, es la prohibición. Más allá de moralismos y argumentaciones mal armadas, no hay razón por la cual sostener los tratados y leyes internacionales que urgen a vivir en un mundo sin drogas. Desde que se firmó en 1961, la Convención Única sobre Estupefacientes de Organización de las Naciones Unidas (ONU), el mundo ha visto un incremento en 300% en el uso de drogas[1], ha sido testigo de fracasos épicos en políticas de control de estupefacientes y constatado como el erario público se despilfarra absurdamente en la mitigación de una situación que nosotros mismos creamos. Contrario a lo que pudiera pensarse, en el 2010, un estudio multifactorial publicado en The Lancet, revista académica de salud pública, que luego fue reportado por The Economist[2], mostró cómo el alcohol es el estupefaciente que más costo social e individual genera; y reveló que el tabaco ocupa el 6º lugar y el cannabis, es decir la mariguana, el 8º.

Con estos antecedentes, es esperanzador que actualmente políticos, intelectuales y activistas de todas las ideologías, estén haciendo un frente común para empujar una agenda anti prohibicionista. Sin embargo, para la realización de una propuesta de legalización realmente viable, es necesario tomar en cuenta distintos factores contextuales propios de nuestro país que pueden diferenciar una propuesta de política pública seria y tropicalizada a la realidad mexicana de una mera articulación liberalizadora, y con ello, incrementar las posibilidades de cambiar el pensar actual sobre la materia. Tomando esto en cuenta, los siguientes puntos expuestos no deberían ser vistos como obstáculos, sino como retos a vencer en esta lucha.

El tema de control de venta en países desarrollados es sencillo y se adecua perfectamente al esquema de mercado. Generalmente se establece que existirán puntos de venta operados por el gobierno, o que se utilizará un sistema de menudeo regulado bajo normas similares a la de otros productos para personas mayores de edad. Sin embargo, en un país como México, que no es capaz de controlar la venta de alcohol y tabaco a niños menores de edad[3], ni ha podido actuar decididamente en la distribución ilegal de estos productos ¿Qué medidas podrían proponerse para que no suceda lo mismo con la mariguana?

Si bien podría sugerir como una condicionante que primeramente se controle de manera satisfactoria las actuales drogas legales, antes de introducir nuevas sustancias al público; me parece que si el diálogo sobre la legalización y regulación de la mariguana se da dentro de un marco de salud pública y de libertad individual, este tema es inaplazable.

Cada sustancia tiene sus propias implicaciones. La mariguana tiene la particularidad de ser una sustancia que altera el comportamiento individual (como el alcohol), pero que no genera las conductas violentas que podrían asociarse al primero; y por otro lado, su uso sí puede afectar a terceros, es decir, a través del humo de segunda mano, con espacios públicos controlados –como con el tabaco- se resuelve. Dadas estas características, sería importante establecer umbrales estudiados sobre el deterioro de capacidades de usuarios, específicamente para saber si los usuarios de drogas se encuentran en condiciones para manejar u operar maquinaria, por ejemplo.

Sin embargo, la clave por la que el tema se encuentra actualmente rezagado, es por la importancia en este debate sobre las capacidades del sistema de salud pública de tratar a personas con adicciones, o incluso de prevenirlas entre la población joven. Según la Primera encuesta de usuarios de drogas ilegales en la Ciudad de México[4], hay un déficit importante de conocimiento sobre centros de atención a adicciones entre personas que toman drogas. A nivel conocimiento, las oficinas de Alcohólicos Anónimos son las más conocidas con un 30% de reconocimiento, y sólo 9.6 % de los encuestados conoce los Centros de Integración Juvenil (CIJ), aparte de un 1.8% que conoce algún otro centro de atención gubernamental. Si a esto se suma que la misma Comisión Nacional Contra Adicciones (CONADIC) y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), admiten que las clínicas para atención de adicciones del gobierno están en estados deplorables, es urgente incrementar la capacidad gubernamental para atención y prevención de adictos.

Hay muchas personas como yo, que aunque seamos anti drogas en lo personal, estamos más que dispuestos a legalizarlas; sin embargo, necesitamos la seguridad de que esta legalización sea de una manera inteligente y consecuente. De manera que los activistas a favor de la legalización y regulación de la mariguana comiencen a tomar en cuenta estos puntos finos, y se comuniquen entre los sectores que históricamente se oponen al tema, se podrá avanzar a una propuesta viable de política pos prohibición que estoy seguro contribuirá a un México más saludable y con mayor bienestar, pero sobre todo, con más libertades.

Twitter: @RobertoMorris

lunes, 7 de octubre de 2013

Morir en una silla de hospital / Hermenegildo Castro



Los cronistas no tendrían que ir muy lejos. Basta con visitar la zona de urgencias de un hospital público. Digamos el Hospital General de Nezahualcóyotl, para los no asegurados, o el Hospital General número 6 del Instituto Mexicano del Seguro Social, para aquellos que son derechohabientes.

Encontrarían que los hospitales públicos casi siempre están llenos. No hay camas disponibles. Un enfermo debe conformarse con una camilla o buscar lugar en otro hospital, donde tiene la misma opción. Cuando se agotan las camillas, se les ofrece una incómoda silla de espera. Cuando se acaban las sillas, sólo se admiten embarazadas que puedan mantenerse de pie, capaces de caminar por los pasillos mientras llega el momento.

Si hablaran con los enfermos o con sus familiares -generalmente sin recursos económicos u obreros sindicalizados- encontrarían una extraña conformidad son los hechos. Ya no exigen un derecho, una atención por la que han pagado toda su vida laboral. Parece que acudieran a la caridad pública: que sea lo que Dios quiera.

La saturación es de tal magnitud que la gente opta por agregarla a su sufrimiento como una maldición que viene con la enfermedad. Los médicos, sometidos a una presión constante, sin recursos, terminan por convertirse en déspotas de bata blanca. Agregue usted la persistente escasez de medicinas.

En su informe de 2011, el IMSS indica que recibe “diariamente en promedio 50,000 solicitudes de atención de urgencias, de las cuales, más de la mitad corresponden a casos de baja gravedad. También se identificó que 93 hospitales de segundo nivel y 169 unidades de medicina familiar cuentan con servicios de urgencias saturados y tiempos de espera no satisfactorios”.

Lo que el IMSS quiere decir con su informe es que más de la mitad de la gente que acude a sus instalaciones se queja por nada, por el puro gusto de ir al hospital a perder el tiempo.

Si nuestro curioso cronista deja la sala de urgencias y visita, por ejemplo, cualquier sección de hemodiálisis, encontrará la misma saturación. Los pacientes esperan horas y horas antes de ser atendidos, casi siempre en una de esas incómodas silla de hospital que seguramente usted conoce.

Solamente el IMSS tiene más de 11 mil pacientes que requieren hemodiálisis, los cuales, según un estudio de la misma institución, en un 75 por ciento, presentan “síntomas propiamente depresivos, como desesperación, cansancio, fatiga, ansiedad y extrema sensibilidad, alteraciones que van de leves a severas hasta intentos suicidas en algunos pacientes”.

Otro estudio, coordinado por los doctores Laura Leticia Tirado-Gómez y Juan Luis Durán-Arenas, indica que “actualmente, México no cuenta con un registro nacional de enfermos renales crónicos, pero si aplicamos el porcentaje promedio de habitantes enfermos en otros países (que equivale al 0.1% de la población), podemos estimar que hay más de 102 000 enfermos renales crónicos en el país, de los cuales, sólo 37 000 cuentan con algún tratamiento sustitutivo de manera continua. El 80% de estos enfermos son atendidos por el IMSS o el ISSSTE, sin embargo, este porcentaje tiene un crecimiento anual de 11%, lo que representa una demanda de servicios de hemodiálisis claramente elevada”

La sala de urgencias y las unidades de hemodiálisis son solamente dos ejemplos del colapso en el sistema de salud pública. Si los cronistas fueran a las hospitales mucho más que a las conferencias de prensa, si los editores prefirieran los hechos a las declaraciones, el país podría cambiar un poco. Hay quienes mueren en una silla de hospital y nadie repara en ellos.

Twitter: castroherme