martes, 25 de febrero de 2014

El “bluff” de Putin

La apuesta hecha por  el Presidente Ruso, Vladímir Putin, al ser anfitrión de los Juegos Olímpicos de Invierno, Sochi 2014,  fue un esfuerzo parecido (pero de “bajo costo”) a la apuesta de China al ser sede de los Juegos Olímpicos de Verano del 2008 en Beijing.  La idea,  tal cual lo hicieron los chinos , era mostrar poder y apertura; posicionarse como liderazgo político y económico a nivel mundial; decirle al mundo “ aquí estamos”. Putin fracasó rotundamente, el mundo se está burlando de Rusia.

Putin iba por buen camino. El año pasado el capital político del mandatario Ruso se elevó al, aparentemente, encontrar una salida diplomática a la amenaza estadounidense de intervenir militarmente en el conflicto sirio. Aunque el haber frenado el avance militar de los Estados Unidos lo posicionó como  un “guardián de la paz mundial” (unos lo candidateaban al Premio Nobel) la verdad es que Rusia estaba interesado en mantener el régimen Sirio porque le es económicamente conveniente. ¿La razón? Dinero.

El Instituto de Paz Internacional de Estocolmo estima que Siria le ha comprado 162 millones de dólares en armas al año durante el 2009 y el 2010. También afirman que Moscú firmó un acuerdo de 550 millones de dólares con Siria para la venta de aviones de combate, cifras que sin duda resultan importantes para una economía cuyas industrias principales son el armamento y energía. Aunado a lo anterior, Rusia tiene una de sus últimas bases militares fuera de sus fronteras en el puerto sirio de Tartus, lo que le da acceso directo al mar mediterráneo,  y le permite una posición de gran estrategia comercial y militar.

Sin embargo, y a pesar de todo lo expuesto, la reacción de Putin ha sido demasiado severa en contra de los Estados Unidos, a favor de Assad y ahora a favor del presidente Ucraniano Víktor Yanukóvich. Esto, junto con su decisión de dar asilo a Snowden el Presidente Ruso cae en lo obvio: Putin busca enfrentamientos para volverse relevante.

Putin ha tratado de crear la ilusión de que Rusia ha vuelto a su antigua potencia, aunque en verdad, Rusia sigue siendo una sombra de lo que fue la Unión Soviética. Su economía está centrada en exportaciones de energía y depende de precios que no puede controlar . Sin embargo, con los Estados Unidos debilitados por conflictos internos, y con Europa lidiando con una crisis institucional , Rusia ejerce un nivel de influencia superior a su capacidad real.

Aquí es donde vemos la relevancia que pudieron haber tenido los Juegos Olímpicos de Sochi 2014 . Estos juegos iban a dar sustento a este “bluff” internacional. El mundo tenía que ver a una Rusia moderna, próspera, unida y transparente. Tenían que quedar boquiabiertos con las instalaciones y la hospitalidad de aquel país. Nada de eso sucedió.

En vez de asombrar al mundo, Putin y su apuesta nos dejó mofándonos de aquel país. Todo comenzó con la puesta en marcha de políticas homofóbicas en un país que supuestamente era tolerante. Desde antes de comenzar los juegos olímpicos había un alto grado de rechazo hacia la comunidad LGBT  lo cual generó rechazo a Rusia y a su presidente en redes sociales y a nivel protestas en las calles. Esa idea de país moderno y tolerante nunca logró fijarse en la opinión pública internacional.

El segundo fracaso fue el de imponerse como potencia mundial y económica. En los días previos al inicio de los juegos, y hasta la fecha, se han difundido fotos y videos ventaneando las carencias de infraestructura en las instalaciones. Se ven edificios sin terminar e instalaciones paupérrimas que dejan a Rusia en franco ridículo. La cereza en el pastel fue la fallida inauguración de los juegos ante los ojos del mundo.

Putin nos quiso hacer pensar que Rusia había vuelto ser la gran potencia que algún día fue. En realidad, Rusia no es más que una potencia regional, sobretodo por las condiciones de sus países vecinos. Putin había intentado proyectar una fuerza que no tenía, y lo había hecho bien …… hasta ahora.

@RobertoMorris

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