lunes, 4 de marzo de 2013

La movilidad como derecho para los capitalinos


Por Laura Ballesteros


Este viernes la ciudad volvió a ser testigo de un lamentable accidente vial que le costó la vida a Ricardo Segura, ciclista de 56 años, en la delegación Gustavo A Madero. 
El chofer del camión de carga se dio a la fuga y hasta hoy no se sabe nada sobre el. Las autoridades deben garantizar que la movilidad sea un derecho plenamente ejercido y exigible en la ciudad, hoy, esto no pasa, y por desgracia el impacto en la vida de los capitalinos va más allá de una simple cifra en las estadísticas de accidentes viales en el Distrito Federal.
 

¿Y el cumplimiento del Programa de Derechos Humanos en la Ciudad? Según cifras de la Secretaria de Seguridad Pública del DF, tan solo en 2011 se registraron 14,483 percances automovilísticos, de los cuales 30% fueron atropellamientos y solo el 5% de ellos fueron provocados por el peatón. El Programa de Derechos Humanos de la Ciudad fue constituido en el 2009 y plantea objetivos estrategias, líneas de acción y autoridades responsables en el respeto, garantía y observancia de 15 derechos humanos de los capitalinos; de igual forma el programa establece metas a cumplir para el año 2010, 2012 y 2020, en materia de movilidad ninguna ha sido cumplida. Los derechos de los peatones, de los ciclistas, de los usuarios del transporte público, no son respetados en la Ciudad, comenzando por las autoridades, quienes los violan sistemáticamente ya sea por omisión o negligencia. 

Vamos a sentar un precedente en materia de movilidad en el DF. Bajo este panorama, y en el marco de las acciones del movimiento a favor del peatón, iniciamos hace unos días, el pasado miércoles presente una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal en contra de la autoridad (SETRAVI en su anterior administración y la Agencia de Gestión Urbana) por violar los derechos humanos de ciclistas y peatones, y por no cumplir con el Programa de Derechos Humanos de la Ciudad. El Gobierno de la Ciudad no ha garantizado infraestructura peatonal ni ciclista, invirtiendo así, más recursos en infraestructura vial por encima del interés de la mayoría, ya que el 80% de la población no se mueve en automóvil. Sus políticas públicas no garantizan una movilidad segura para los capitalinos. En esto se basa la queja, y de prosperar y convertirse en recomendación, sería la primera emitida en materia de movilidad a favor de ella como un derecho humano para todos en el DF.
 La Asamblea Legislativa está haciendo su tarea. A lo largo de los últimos 7 meses me he dado a la tarea de construir un proyecto de Ley de Movilidad que proclame a esta como un derecho para todos, y coloque al peatón en el centro de la toma de decisiones del Gobierno. La apuesta no es sencilla, pero es lo que la Ciudad necesita, esta Ley tendrá una visión estratégica y buscará obligar a la autoridad a trabajar de forma integral y transversal la agenda de movilidad, con estrategia y de forma permanente, de manera que no dependamos del humor del gobernante en turno con respecto a este fundamental pendiente, será la ley la que marque la visión y la sanción. Por ello, la movilidad debe ser procurada por la ley como un derecho para todos.
 Primero el peatón. Las tareas que hemos marcado como prioritarias en este movimiento ciudadano han tenido avances en estos últimos días. La ALDF aprobó el pasado miércoles por unanimidad un exhorto a la Cámara de Diputados para trabajar de manera conjunta el pendiente del impulso de la materia de educación de educación vial obligatoria para todas las escuelas de Ciudad. Y también se presentó la queja antes referida ante la Comisión se Derechos Humanos del DF, la cual tiene por objetivo defender los derechos de los peatones, velar a favor de la libertad y de la justicia e impulsar la movilidad como un derecho. Todos somos peatones, y si es posible que el automóvil, la bicicleta, el transporte público y el peatón podamos convivir en un mismo espacio, es conciencia de comunidad, pero también es trabajo de la autoridad. Es posible también construir un espacio donde la justicia sea protagonista, y que los responsables de la muerte de peatones o ciclistas, como lo es la historia de Ilse, Eduardo y ahora Ricardo, no salgan impunes. Hagamos conciencia, respetar al peatón, es respetarnos a nosotros mismos.

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